miércoles, 28 de enero de 2009

“Vulnerant omnes, ultima necat”


A partir de hoy en este blog “La Bítacora de los Sueños”; donde plasmaré cuando me acuerde y siempre y cuando no sean clasificación para Adultos, todos mis sueños. El que viene descrito abajo lo soñé en parte de la madrugada.

“Voy en un taxi a pocas cuadras de casa. Desciendo. Es de madrugada. Apenas doy unos pasos por la acera. Una pequeña luz fosforescentemente azulada llama mi atención en el piso. Es un reloj digital. No he caminado ni diez pasos y encuentro otro reloj, este de manecillas de oro. Pasos más adelante, otro, más fino y con diamantes incrustados. Y otro, y otro y otro más. Conforme avanzo son más lujosos y vistosos los relojes. Alguien que no veo, comenta que son los relojes de una joyería que un ladrón sustrajo y no logró llevarse íntegro el botín. Luego en casa los reparto entre mis hermanos. Tengo una pequeña discusión con Chapi-Chapi por uno de los relojes ya que se lo ha llevado mi hermano o no lo encuentro. Al final del sueño, tal reloj aparece, apagando el connato de discusión”. ¿Qué significado tendrá? Como dijo mi poeta de cabecera Jaime Sabines: “Quien sabe”. El título del artículo: “Vulnerant omnes, ultima necat”, Es una cita en latín que significa: "Todas hieren, la última mata".

Vago, divago...


Antes que nada.¿Porque escribo? Ni yo mismo lo sé. Este año 2009 pretendía escribir un artículo diario. Empecé bien, pero luego claudiqué. Escribo cuando estoy alegre, cuando estoy triste, cuando se ausenta la inspiración pues ni como, porque siempre que se da el proceso es como si me dictarán al oído las cosas. Cuando el manantial de las musas se abre para mí, lo mismo escribo en una libreta, en una servilleta, en la pared, en un pedazo de papel revolución, en mis brazos y en las palmas de mis manos. Escribo como catarsis. Sí. También escribo para moverme bajo la piel de alguien que no existe o existía hasta que se me ocurrió. Escribo para hacer en otra identidad, lo que no he hecho o no me atrevería jamás a hacer. Para estar en lugares, conocer personas, imaginar y vivir situaciones a veces raras, incomodas, complejas o chuscas y hasta absurdas. Muchas inspiradas en episodios reales de mi vida, enriquecidos con vivencias a veces ajenas.


Cuando agrego algo al blog, ahí lo dejo germinar, que aprenda a dar pasitos solito, y con la ayuda de quien lo lee. Olvido lo que escribo y pongo atención en otras cosas; que me resulta verdaderamente imposible, padezco déficit de atención y no me concentro tan fácilmente. Leyendo mi blog el primer maravillado soy yo. Me sorprende haber escrito tales cosas.


Hago aquí un paréntesis (La palabra Cosas o cosas es una de las más polivalentes que existen o que yo conozco. Con ella puedes describir un estado de ánimo cuando te preguntan: “¿En qué piensas? Y tú contestas: “En cosas”. Puedes designar diversos y muy variados objetos: “Tráete tus cosas”, abrir una duda con cariño: “¿Sabes una cosa?”. Englobar el envío directo y sin escalas de alguien al averno: “No vengas con tus cosas”; que nos evita un largo desglose de previos acuerdos no respetados).


Quizás a alguien le agrade, o le irrite y parezca un payaso o tierno y pensativo. Me importa un bledo. Tal vez escribo para mí.


Jamás he plagiado ni una sola oración, Ni me gustaría que lo hicieran con mi blog. No creo que a nadie le interese, ni se tome la molestia en hacerlo. Aunque si puedes hacerlo cuando es de carácter personal o llamémosle de carácter íntimo. Imprimir y leer cómodamente en tu habitación. Tampoco creo que a alguien le interese y ambas cosas (otra vez la palabrita) me tienen sin cuidado. Lo cierto es que no he publicado ni la tercera parte. El resto permanece latente, aguardando.

Las más de las veces una idea llega a mí, una historia desgajada, o una imagen solamente o alguna pareja o una familia o un vagabundo que vea en el diario escenario cotidiano y de ahí inició una historia. Cuando escribo soy el creador de un universo que no existía, que no era, que no estaba. Un universo pequeñito, hecho para ti que lees. Y las más de las veces no sé porque lo hago. Soy sólo un aprendíz, un aficionado, después de todo. Y me quedo contento con esta conclusión, buena manera de terminar el paseo nocturno acompañado de mi perro.

viernes, 23 de enero de 2009

Lluvia tenue


Viernes 23 de enero de 2009, 4:00 de la tarde, apenas en camino a la emisora. Voy retrasado, como siempre. Siempre llego tarde a todos lados. El día que me muera llegaré arreglandomé la corbata cuando ya estén bajando el ataúd, diciendo: "¡Hey yo voy ahí dentro!".


Sopla un viento sutil, un par de cumulo-nimbus estacionadas perezosamente sobre esta parte oriente de la Ciudad, sueltan una lluviecilla casi imperceptible; apenas notoria en el parabrisas de mi viejo auto. Una lluviecita como llanto de Duendes. Como rezo lejano. Como canto silente de alguien desde algún lugar. "Todo lo que viene del cielo es una bendición", decía mi Abuela María. Así que sólo atine a sacar un brazo por la ventanilla y permitir ser alcanzado por esa sopresiva bendición. Por un orificio sin nubes, los dorados brazos del sol alcanzaban un punto sobre la ciudad.


Ayer se dibujaron dos hermosos arcoiris al poniente, uno sobre el otro, como un portal mágico, obra de la Lluvia tenue de ayer jueves. Ese llanto calmo, como de pena consolada, que susurra secretos a aquellos que saben escuchar con el alma. Yo quisiera recuperar esa capacidad pérdida. Las ganas pueriles de ir a buscar el tesoro al final del arcoiris están intactas, a pesar de tantas cosas. Siento que fueron un buen augurio ese par de portales multicolores. Miro mis ojos en el retrovisor, y aún me brilla la mirada. No todo está perdido.


Esta tarde de viernes, no termino de escribir este artículo y recibo una llamada de un amigo taxista, Don José Quirino que me dice: "Enrique ahí están sus arcoiris, rumbo al aeropuerto".... No recuerdo haber comentado nada al aire.... Los mismos arcoiris dobles, en el mismo lugar de ayer. Esperándonos.

Un nuevo comienzo




Viernes. Mi día favorito. Ya alguna vez lo había compartido contigo que los viernes me encantan. Es el inicio del fin de semana. Salir a caminar con mi nueva mascota. ¿No te había dicho? Pues si, tengo un nuevo amiguito, un cachorro pastor alemán. La foto es el día que llego a casa.

Lo encontré en una lejana veterinaria por casualidad. Se supone que yo no debería haber salido aquella tarde del pasado diciembre. Fui a buscar un jarabe maravilloso que aliviará mi amigdalitis y acabe comprando sin pensarlo dos veces un perro pequeño, triste y desnutrido, destetado a destiempo de su perra madre. Creo que él me eligió a mi al ignorarme. Mientras los demás cachorros, agitaban su rabo, éste sólo me miro, se dio la media vuelta y se hecho a dormitar dándome la espalda. Eso me agrado. Un perro aburrido de querer agradar para que lo adopten. Prácticamente se lo gané por minutos a una chica muy guapa, originaria de cuencamé. Esa noche no me dejo dormir (el perro), chillo, gimoteo dentro de una gran jaula de mi Madre que alguna vez alojo 17 canarios. Como siempre, a los pocos días dude en conservarlo o no. Siempre dudo, siempre me arrepiento cuando tomo decisiones rápidas. Soy más de pensarla veinte o treinta veces. Soy el ser humano más indeciso que puedas imaginar. Al principio he de admitir tuve que buscar un diccionario Español-Alemán, pues no sé ni jota del idioma germano.

Actualmente es un demonio de dos meses, un engendro del mal, una bestia infernal cuyo único fin es hacerme despegar el trasero del sofa y sacarme él a pasear a mi. Ya tolera la correa, porque los primeros días era todo exploración y todo mordidas. Nada se le escapa. Con la correa pataleó como mula, se tiro al piso, chilló, ladró, pero al fin, parece que acepto su condición. Al fin perro. Su pasatiempo favorito es morder la mano que le da de comer, tiene unos dientes filosos como agujas. Le compre un hueso de carnaza para que muerda, y ni caso le hizo, y me sentí de la patada cuando el muy cabrón ignoro el pinche hueso. Ahora entiendo a los padres. Lo único que quiere es que este con él, que no me despegue de su lado.


Recorremos algunos caminos antes transitados por un servidor y Lobo, el perro que está en la foto a la derecha y del que ya escribí en algunos artículos. Este nuevo cachorro no viene a llenar ningún hueco, ningún lugar. Viene a ganarse a pulso un lugarcillo propio y a todos en casa. De la primera que se ganó el corazón fue mi Madre, que lo defiende cuando lo regaño y con quien adora estar echado a sus pies.

Cuando me marcho a trabajar, lo miro como me pone su cara de perrito perdido en el boulevard y se queda sentado hasta que cierro la puerta. Al volver por la tarde, ya conoce el sonido característico de mi auto, y lo encuentro en la misma posición y en el mismo lugar, como si no se hubiera movido en todas esas horas. Yo sé que no es así, ya que siempre recibo las quejas de sus travesuras y yo tengo que enojarme. Lo educo a periodicazos. Me mira desconcertado cuando le doy un pequeño golpe. Se confunde. Pero al momento ya está pidiendo lo cargue y morderme la mano hasta quedarse dormido. Cada semana caminamos un poco más. Ya le esta tomando el sabor, y le encanta ir por delante. Poco a poco se llega lejos. Hace días fuimos a una pequeña feria que se instala cerca de casa en el estacionamiento de un centro comercial. Subimos a la rueda de la fortuna. Como eramos mi perro y yo los únicos pasajeros, pedí al operador un favor, sí podía detener la rueda cuando estuvieramos en la parte más alta, a lo que accedio de buena gana. Al estar allá arriba, le dije a mi pequeño, señalando las luces de la ciudad, "Algún día, todo esto será tuyo", el muy bobón miraba las estrellas.

Parece gustarle arrullarse con música de Chopin y el minuetto de Bizet. Le fascinan las mandarinas y las chocoretas que le da Chapy-Chapy (mi Madre). Veo que empieza a entender sin periodicazos. Quizás son figuraciones mias. No tengo prisa por que crezca. Disfruto su pequeñez. Adora pasear en coche y ladra a los extraños. Ya se siente parte de la manada. Dormimos juntos la siesta en mi cama; gozamos nuestra compañia mutua. Sabe que soy el macho Alfa... sin idea de donde está mi hembra Omega.

viernes, 9 de enero de 2009

El Jardín de la Doncella


Él: "Soy el aliento que no cesa en el desierto.
Incansablemente pregunto tu nombre a lo obscuro,
Y no respondes.... ¿Será que tú misma lo has olvidado?
Leve y silenciosa buscas los jardines de fuego.
Reposa sobre la piedra donde te nombro".

Ella: "Mi soñador es tierno como la hierba
Camina en mis recintos ocultando su hermosura.
Quizás hace mucho tiempo mis manos
Soñaron la tersura de tus manos.
Teje mi carne al celeste fulgor de su noche unánime...
La diosa lunar va tañendo en sus manos mi Nombre”.

Él: "Quizás mi niñez te soñaba
En la blancura de nueve altares, algún día
Derramaré en tu blanca piel el exilio...
La rosa de la lluvia.
Peregrina que viajas por mis días
Escapan de tu armonioso cuerpo las luciérnagas".

Ella: "Donde aguarda la otra luna espero
Al trovador que me sueña
Mi soñador siega flores tenebrosas
Tejo en mis manos la unánime
Canción de los cielos
Con el aliento de quien me sueña.
Entrégate a la preciosa ilusión
De sentirte nombrado por lo Divino
Pájaros que auguran al alma
La magia de los encuentros
Dibujarán tu rostro al caer la última página”.

Él: "Dime doncella el lugar exacto donde te impregnas
De perfumes, cuéntame de la extraña piedra
Que separa el tenebroso umbral
Donde alguien me pronuncia,
Entréganos al éxtasis de tu fe ciega
Que se ofrenda en holocausto.
Déjanos rendidos bajo la perfecta sombra
De sus eternas alas".

Ella: “Siento al soñador que hila mis perfumes
Siento la lágrima de su voz ablandando
Las piedras que rodean mi santuario
Siento mis flores cuando su música las penetra
Deseo su presencia que encienda
En poderosa luz la soledad de mi cuerpo”.

Él: La doncella muere de recuerdos, muere
De palabras, muere sin sospechar que mi presencia
Salva sus alas en el nocturno cielo del destierro
Auscultando el corazón de la niña que bebe
Sus lágrimas purificadas por el fuego de mi rostro.
Es el anhelo de la blanca niña
Que ha perdido su nombre.

Ella: Preparo para el ritual mi desnudez.
Ahora tus ojos me miran. Blande la espada,
Viajero ardiente, busca el punto débil.
Toco tus labios como la pura canción
En los recintos del alba.
Donde expiran las ardorosas tinieblas
Donde el reino corporal se levanta
Ocultando mis lunas adolescentes
Que te sueñan, tus resplandores son
La alegría en el centro de mis altares
Es la hora en que calladamente diré tu nombre...”

Amor tussique non celature



En el amor es inútil el requiebro, la conquista, los regalos, los detalles. De pronto, dos personas se encuentran y se crea un mundo que no existía, se da cierta magia o bien simplemente no se da tal magia y no se crea tal mundo. Le llaman química. Por eso, he dejado de creer en el cortejo, en los rituales emperifollados y la Donjuaneria. Voy más por una búsqueda sutil; casi de hallazgo, de la otra mitad. Aunque hay encuentros y encontronazos, vaya que lo sé. Me encanta la gente terriblemente honesta, esa que en tu cara puede escupirte: "Lárgate, me caes mal"."Más vale una buena colorada que cien descoloriadas", decía mi sabia Abuela.
Y no sufro más por nadie. Heme aquí, este viernes por la mañana tecleando este artículo, ni preciso del café que los pseudointelectuales beben al escribir. Te deseo que algún día te topes por casualidad con alguien y te ame por todos los días que camines sobre la tierra. "Amor tussique non celature", ni tampoco se puede ocultar cuando existe. Recuerdo que siempre reprobé Química cuando fui bachiller.

jueves, 8 de enero de 2009

Otra vez


¿Y si recomenzáramos de nuevo?
¿Si volviéramos a caminar desnudos otra vez?
¿Y si pudiéramos decir de frente y mirando a los ojos, “No te amo”?
¿Si confiáramos otra vez sin temor a traiciones?
¿Y si recuperáramos nuestro pequeño paraíso?
¿Y si volvieramos al prístino atavío?
¿Y si fueramos otra vez inocentes? ... Como niños.
Hagámoslo de nuevo todo.... ¡Juntos!
Un nuevo Big-Bang. Pongamos en orden el mundo.
Sujeta fuerte mi mano.
Puedes cerrar los ojos.
Es inevitable...no extraviarnos
Y habrá que volver a buscarnos y extrañarnos y presentirnos.
Y rechazarnos y lastimarnos. Reencontrarnos y amarnos...
Todo de nuevo otra vez.
Siémbrame adioses.
Ilumina el sendero por donde vayas,
Que voy a ti; mi corazón te proclama antes de perderte.

sábado, 3 de enero de 2009

Nosotros


Si supieras como te sé.
Y como busco el eco de tus dulces pasos
entre estas letras.
Si me pensaras como te pienso.
Hago tuyos mis momentos,
si me prestas tu soledad.
Si me necesitaras como yo te necesito.
Si me amaras como yo te amo...
No estaríamos solos.
Ni seríamos Tú y Yo,
Sino Nosotros....

viernes, 2 de enero de 2009

Acorde mayor


Más allá de mi, estás tú.
Mas allá de ti, donde mis anhelos no llegan;
está mi voz que te busca de regreso.
Más allá de la ternura que guardo para ti,
estas tú sin mi, quizás... preguntándote ¿Porqué?
Sé que eres en alguna parte.
Sabes que soy pero distante.
Más allá de todo, vibras sin mi.
Más allá de antes, vibro sin ti.
Más allá del principio de todas las cosas....
Un murmullo sideral que fue nuestro nido.
Y prolongamos el encuentro sin saber porque,
buscándonos en otros miradas.
Y no encuentra reposo este corazón huerfano.
Cada segundo es un siglo.
Hay que esperar cada noche
con tedio en el alma.
El niño perdido llora,
pero sigue cazando mariposas.
No me odies si te busque en otra piel.
Susurrame que no es así, que desde donde estoy
te escucharé.

jueves, 1 de enero de 2009

Primer sueño


Dejame recostarme en tus muslos,
que no hace frio pero tengo frio.
Acariciame el pelo, la cara y si quieres... el alma.
No tengo nada que decirte,
te quiero regalar mi silencio.
Seré bueno, y enojón; más nunca rencoroso.
Puedes mirarme dormir.
Te aviso que a veces ronco.
Si hablo dormido, no me hagas caso.
Dejáme refurgiarme así, aquí.
Si lloro ten listos tus labios.
Si despierto; ten listos tus brazos,
tu vida toda;
que aquí quiero quedarme...
Dormido en este sueño.