viernes, 29 de mayo de 2009

Soñador oscuro


Soy mi peor enemigo
Soy mi fortaleza
Soy mi debilidad
Soy mis dudas
Soy mi cansancio
Soy mis heridas
Soy mi corazón
(Pordiosero y bravucón)
Soy mis miedos
Soy mis pesadillas
Soy mis fracasos
Soy mis victorias
Soy mi fuego
Soy mi ira
Soy mis libros
Soy mi hastio
Soy mi odio
Nunca pude ser tú refugio



Soy mi mejor aliado
Soy mi consejero
Soy mi carcelero
Soy mi bufón
Soy mi Rey
Soy mi esclavo
Soy mi amo
Soy mi silencio
Soy mis demonios
(Los siete pecados capitales en conjunción)
Soy mi certeza
Soy mi desconfianza
Soy mi tristeza
Soy mi tirano
Soy mis penas
Soy mi pasado
Soy estas manos
Soy esta oscuridad
Soy este sueño
Nunca pudiste ser mi sombra.

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Quiénes son los feos? Por María Antonieta Collins


Muchos la acaban de descubrir con sus rizos mal peinados, con esas enormes cejas pobladas y nunca delineadas, con el cuerpo sin forma y con las ganas de ser cantante profesional que provocaron que todos, exactamente todos los que asistían hace un mes al "reality show" inglés "Brittons got talent" se burlaran despiadadamente a cada oración que la concursante Susan Boyle pronunciara.


"Fea", llegaron a gritarle.


El auditorio se cayó en carcajadas cuando uno de los jueces le preguntaba qué hacía, dónde vivía y ella confesó que era desempleada, que venía de un pueblito escocés perdido en la campiña, y el sarcasmo llegó a su máxima expresión cuando la abuchearon en el momento en el que cándidamente confesaba que nunca le habían dado un beso, y que nunca había tenido una cita amorosa con nadie, y que además, lo único que tenía cerca era a "Pebbles", su gato.


El resto de la historia es conocida y ha dado la vuelta al mundo materialmente por la extraordinaria voz con la que ganó ese día el concurso, pero también porque dejó en evidencia la miseria humana, la misma miseria humana que pudo haberla hecho desaparecer del mapa de sus sueños de llegar a ser una gran cantante; sólo por no ser bella o sexy.


A Susan Boyle estuvieron a punto de negarle todo juzgándola por su apariencia. ¿Cómo era posible -se preguntaban muchos- que una mujer que se veía mayor de lo que era y con aquella apariencia intentara ser cantante?


Pero la suerte le tenía reservadas más cosas que jamás pudo imaginar: por ejemplo, que el video de su actuación en el concurso se convirtiera en el más visto en la historia de la cadena cibernética "You Tube" con más de cien millones de personas que han entrado a verla. Susan Boyle cantando destronó -en auditorio- al video de la toma de posesión del presidente Obama, y hoy, su humilde casa en Escocia se ha convertido en centro de interés nacional, e internacional.


Productores musicales de gran renombre la están persiguiendo con contratos para producirle un disco que la haga brillar, y los periodistas Larry King de CNN y Oprah Winfrey se la están disputando en una subasta al mejor postor, que ganará seguramente quien más dinero pague a Boyle por venir a América a contar los detalles de su triunfo.


Y es aquí donde surge inevitable la pregunta ¿Quién es en realidad el feo?


¿Acaso no son aquellos que como hienas festejaban anticipadamente un fracaso que nunca pudieron ver en la presentación de Susan? Sin lugar a dudas que los feos son quienes juzgan por la apariencia, los que critican la forma de vestir, el cómo se luzca una, los que cínicamente se burlan de personas pasadas de peso o con defectos que les hacen estar incapacitados, o los que hablan mal de otros sólo por hablar. ¡Estos sí que son lo feos!


Gente así es la que debe recibir rechiflas, la que a pesar de tener cuerpos esculturales, caras de ensoñación y cabellos de modelo, no deberían tener las oportunidades que niegan a otros a quienes juzgan por lo que se ve y no por lo que son.


Susan Boyle me ha vuelto a reconciliar con los que piensan en cosas como por ejemplo, la inteligencia, la discreción, la cultura, el humor, y que a fin de cuentas no se permiten un juicio dañino a otros hasta que no prueben su capacidad, como diría Santo Tomás: "hasta no ver, no creer".


Es por esto que la historia de la escocesa regordeta y con voz de ángel nos ha servido como el alto en el camino para dejar atrás aquello que se aplica diariamente en todo el mundo: "como te veo, te trato".


Después de Susan, eso ya no se vale.

domingo, 3 de mayo de 2009

Gitana


Mi paz venía conmigo, hasta encontrarte a ti.
Un arsenal de caricias todas nuevas.
Mi calor corporal todo te lo daré.
Mil historias todas verdaderas.
Me perderé en tu mirada.
Que la vida no acabe con tu fuente; beberé gotitas de miel.
Mi mirada no es triste, es que pienso mucho en ti.
Tu recuerdo se hizo mi sombra.
Aprenderé a afilar mi sonrisa.
Tuve que volver aquí.

¿Curas mis heridas?
Me conoces muy bien,
soy celoso y egoista.
Quedáte.
Sí, ya sé porque desprecio...
¿Con que quieres que te pague?
¿Con que quieres cobrarte?
Y no sé porque te amo.
Entre tus brazos,
me sueño inmortal.

La cita


Un hombre y una mujer se buscan, se encuentran y se da el amor o no se da el amor. Lo demás es mero comentario. Un hombre y una mujer son para amarse. Cuando entre un hombre y una mujer empiezan los problemas, lo mejor es poner tierra de por medio. Así hago yo. Nunca he buscado a una mujer para entenderla, ¿Para escucharla? Puede ser; pero cuando una mujer entra en mi vida sólo puedo amarla, que es lo único que se hacer al respecto. Si luego el amor se acaba, porque se que es mortal, se da entonces un problema y hay que alejarse, a veces ella, a veces yo, o ambos. Nunca estoy con una mujer para darle problemas o que me los de o cause. Detesto los problemas, a mi edad madura busco paz y tranquilidad, alguien con quien estar sin necesidad de hablar, alguien que me acaricie los brazos y la espalda, y me abraze fuerte y me hable bajito al oído mientras escribo, alguien que no me pregunte constantemente en que pienso. Alguien con quien me entienda con las miradas. Alguien que como yo, rehuse sumergirse en las muchedumbres y el gentio. Alguien que disfrute tenderse bajo la sombra de un árbol a leer un libro de viejos poemas. Quien sabe si exista esa mujer, en el pasado creí encontrarla. Para mi es inutil el requiebro. Por eso no creo en el cortejo, ni mucho menos en la conquista. Creo unicamente en el encuentros y desencuentros. He tenido un par de estos en mi vida. Y ahora me expongo un poco más, abriendo más este corazón donde moran las tinieblas. Le he quitado todas las telarañas, he roto sus sueños más bellos para sacarlo a la fuerza de su rincón. Me sigue fastidiando que me mientan. ¿Que le vamos a hacer corazón? Pero no sufro por amor. Mis canas bien ganadas me las tengo y como no fueron sólo por amor, éste hace muy poca mella si está o no.


Sí sueño a esa mujer, y más que soñarla, la busco, la espero. Una mujer linda desde los pies al alma, de cabellos largos, piernas acariciables, fragil, sin ser delicada, de pechos firmes y espalda turgente, de labios sonrientes, de manos con tacto divino; para cocinar y para amarme; una mujer con cuerpo de mujer. ¿Su voz? Ya la conozco; me la ha traído el viento y es la voz más hermosa, deletrea mi nombre al mencionarlo....
Si no te tardas, te espero toda la vida. Te digo sí desde ahora.

Un par de decepciones, un regreso, una decepción más, volver a lo básico a lo elemental, doblar en cierta esquina; todo eso te llevará a mi. Más soledad, abstinencia, tiempo, una sonrisa una mañana .... me llevarán a ti. Nos encontraremos tarde o temprano. Así sea en el último de mis días sobre la tierra, mi corazón y yo ahí estaremos, es una cita.