“Transformar a un príncipe en una rana no es nada extraordinario y se consigue con relativa facilidad. Cualquier malhumorado jefe de sección lo lleva a cabo a diario. Pero transformar a una rana en un príncipe, eso exige en alto grado arte o magia o amor”.
miércoles, 16 de julio de 2014
Radiofaro...
... La señal ha sido enviada, aguardando respuesta. La forma es la correcta; el ángulo es el adecuado; esperando por percibir un pulso. Esperando, intentando, inventando, recordando. Y el sarcófago es muy frío...Tres estrellas como puntos suspensivos son nuestro distintivo, nuestro estandarte eternamente desplegado en el aire del tiempo. Es fría la cantera.¿No lo ves?, Irlanda. ¿No me escuchaste? Pekín. ¿No me sentiste? Londres. Nadie, ni los Dioses llenos de envidia, ni el eco de la suma de los adioses, podrán evitar nuestro reencuentro.
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